jueves, 3 de abril de 2008

Te soñé con los ojos abiertos,
y una sonrisa en los labios.

Te soñé en un mundo lleno de confusiones
y aligeraste mi alma.

Soñé tu cara en un día nublado
y viste detrás de mi fe.

Soñé un ángel que guardaba mi destino,
soñé como juntos reíamos y soñábamos.

En las madrugadas de insomnio,
pido que me dejen soñarte una vez más.

Porque sería capaz de brindarme la oportunidad
de saber que puedo amar,
de abandonar mis sombras, mis recuerdos, mis obsesiones,
solo por ti.

Porque eres la imaginación de mi mente,
la paz en mi alma,
el latir de mi corazón.

Y pensar que mi vida eres tu,
tan perfecto a mis ojos,
mi propósito en este mundo.

Y trato de enfrentar la verdad
de que nunca podre estar sin ti,
de vivir la soledad de no sentir calor en el cuerpo
y el soñarte sigue siendo mi esperanza para seguir creyendo.

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